martes, 4 de junio de 2013

Diferencia entre creer y saber 2° Bach.

Creer y saber

"Intuitivamente, tenemos muy clara la diferencia entre creer y saber. Saber es algo «más» que simplemente creer, incluso que creer después de haber valorado la situación. Creer algo que es verdadero, después de haberlo valorado, nos aproxima al saber, pero no nos lo pone aún al alcance de la mano. Para llegar a saber, partiendo del creer, necesitamos alguna justificación racional de nuestro creer, pero no una justificación cualquiera. Si las razones por las que creemos no están bien conectadas con la verdad de lo que se cree, no podemos decir que «sabemos». El filósofo y lógico inglés Bertrand Russell, uno de los más grandes pensadores modernos y gran experto en problemas de la racionalidad, imaginaba el siguiente caso: Piero le pregunta a Pino: «¿Qué hora es?». Pino mira por la ventana y ve que el reloj del campanario señala las ocho. Le dice, pues, a Piero: «Son las ocho». Supongamos que en aquel momento sean realmente las ocho, pero que el reloj del campanario, sin saberlo Piero ni Pino, esté roto y esté señalando ininterrumpidamente las ocho desde hace un mes. ¿Podemos decir que Pino y Piero saben que son las ocho? ¡Desde luego que no! Y sin embargo creen algo que es verdad (porque, por casualidad, son precisamente las ocho) y tienen buenos y fundados motivos para creerlo (los relojes de los campanarios acostumbran a señalar la hora exacta). ¿Qué les falta para que podamos decir que poseen un conocimiento verdadero? ¿Por qué no nos atrevemos a decir que «saben» que son las ocho? Lo que falta, dicho a la llana, es la conexión precisa entre lo que creen y lo que es verdad. Lo que creen (que son las ocho) y lo que es verdad (son las ocho) coincide, pero sólo por un capricho del azar. Y creo que todos estamos de acuerdo en que el capricho no es una «cola» para pegar lo que creemos y lo que efectivamente es verdad. Una coincidencia afortunada no es suficiente para transformar en verdadero saber una creencia «acertada»".

Massimo Piattelli, "Las ganas de estudiar", Crítica, Barcelona, 1992.

Posibilidad del conocimiento- 2° Bach.

ESCEPTICISMO
ETIMOLOGÍA:
La palabra “escepticismo” deriva del verbo griego skeptomai, que significa “mirar cuidadosamente” (una cosa o en torno de uno mismo), “vigilar”, “examinar atentamente”. De ahí que escéptico signifique originariamente “el que mira o examina cuidadosamente”.

DEFINICIÓN:
“El escepticismo es la facultad de oponer, de todas las maneras posibles los fenómenos posibles; y de ahí llegamos, por el equilibrio de las cosas y de las razones opuestas, primero a la suspensión del juicio y después a las indiferencias.”
El escepticismo toma una actitud contraria al dogmatismo. Esta corriente tiene una posición que el sujeto no puede aprehender al objeto.
“El sujeto cognoscente depende de una serie de factores que le impiden llegar al objeto”.
Para comprender el escepticismo es necesario saber que:
“El escepticismo como doctrina filosófica tiene dos aspectos: uno teórico y otro práctico.
Desde el punto de vista teórico, el escepticismo es una doctrina del conocimiento según la cual no hay ningún saber firme, ni puede encontrarse nunca ninguna opinión absolutamente segura. Desde el punto de vista práctico, el escepticismo es una actitud que encuentra en la negativa a adherirse a ninguna opinión determinada en la suspensión del juicio, la salvación del alma, la paz interior.”
El escepticismo no pone en duda el fenómeno, sino lo que se dice de él, y esto es diferente del fenómeno mismo.

CARACTERÍSTICAS DE LA DOCTRINA ESCÉPTICA:
1)      Lo único interesante en la vida es conseguir la tranquilidad de espíritu (ataraxia).
2)      Una fuente de intranquilidad es querer llegar a conocimientos absolutos.
3)      Hay que abstenerse de todo juicio. Nada hay falso, nada verdadero.
4)      No podemos conocer cómo son las “cosas en sí”, ya que la sensación solo tiene que ver con la “apariencia”. Por consiguiente, no puedo decir: “esto es”, sino “esto me parece”.
5)      No podemos tampoco fiarnos de la razón, ya que sus conocimientos se basan en las sensaciones. Además, muchos de los conceptos que consideramos racionales proceden de términos establecidos por los hombres, y en los que se manifiesta el poder o los hábitos mentales que, sin saber, nos condicionan.
6)      Todo lo exterior a nosotros es indiferente.
7)      Como necesitamos vivir en un mundo de apariencias, tendremos, a veces, que inclinarnos por lo más “probable”.

8)      La disociación entre lo que los hombres piensan y lo que hacen es fuente de inseguridad moral para los escépticos.


TESIS DE GORGIAS
1- Nada es (existe).
El ser es, pero la nada no es.
El no ser no es. Si fuera algo, caeríamos en la contradicción de decir que lo que no es, es y no es al mismo tiempo.
El ser, si existe, o es engendrado o es sin principio. Si es ingénito, seria incondicionado, por lo que no tendría determinación y, por lo tanto, no seria. Además, si es ingénito, seria ilimitado, infinito e inmóvil. Pero todo lo que es ha de ser en alguna parte, por lo que tendría que haber algo mayor que lo abarcara, mayor que lo ilimitado mismo. Por lo tanto, lo ilimitado no es.
Si es generado, entonces habrá surgido de lo que es o de lo que no es. De lo que es no puede haber nacido, pues ya sería. Y de lo que no es tampoco puede haber surgido, pues la nada no es origen de nada. Por lo tanto, el ser no existe.

2- Si algo existiera, sería incognoscible.
Si el ser fuera, no podría ser conocido o pensado.
Si el ser es conocible, o es idéntico o es distinto al pensar. Si es idéntico al pensar, el ser sería incognoscible, porque todo lo pensable tendría que ser, y existirían cosas totalmente absurdas, por ejemplo un caballo con alas. Si el ser es distinto al pensar, también seria incognoscible, porque implicaría que el pensar es un no ser, siendo imposible conocer el ser a partir del no ser. Por tanto, si el ser existiera sería impensable.

3- Si fuera conocible, sería incomunicable.
La palabra como instrumento de comunicación es idéntica o distinta al pensar.
Si fuera posible conocer no lo podríamos comunicar a través de la palabra porque esta no nos proporciona más que sonidos. Mediante el lenguaje no transmitimos colores, sabores, tamaños, etc., sino solamente sonidos (es decir, no transmitimos las cosas en sí, sino las palabras que la representan). Y al igual que la vista no ve los sonidos, el oído no oye los colores. Con ello, pone de manifiesto el divorcio existente entre signo y significado (entre el término que designa y el objeto designado) y destaca la imposibilidad de transmitir la realidad mediante los sentidos. 


RELATIVISMO
ETIMOLOGÍA:
El término relativismo proviene del latín “relativus”, relativo, de “referre”, llevar algo a su punto de partida.

DEFINICIÓN:
Es la afirmación de que todo conocimiento o todo valor moral dependen esencialmente del punto de vista del sujeto que los tiene. Hay relativismo cuando la dependencia del punto de vista subjetivo es total. Sus dos especies clásicas son el relativismo epistemológico y el relativismo ético. El primero defiende que no hay verdades universalmente válidas e independientes de la apreciación de los sujetos; el segundo niega que existan normas morales universalmente válidas. La consecuencia es que tanto el mundo del conocimiento como el de la moral dependen de diversos condicionamientos, que pueden ser el individuo, la sociedad o la cultura, ya sea en el aspecto psicológico, sociológico o histórico.
El relativismo sostiene que las verdades tienen un valor relativo al (en dependencia con él) sujeto y a los factores externos que lo rodean.

ALGUNOS REPRESENTANTES:
En la antigüedad, los sofistas con Protágoras y su expresión de “homo mensura”.
Oswald Spengler sostuvo que sólo hay verdades con relación a una situación concreta de la humanidad.
Sapir sostiene: el “mundo real” se construye en gran medida de forma inconsciente sobre las costumbres lingüísticas del grupo. Los mundos en que viven las diferentes sociedades son muy distintos, y no meramente un mismo mundo al que se le han puesto etiquetas distintas. Vemos, oímos o experimentamos en gran medida como lo hacemos porque los hábitos de nuestra comunidad nos predisponen a determinadas decisiones de interpretación.


PROTÁGORAS DE ABDERA
DATOS BIOGRÁFICOS:
·         Sofista griego, nacido en Abdera aproximadamente en el 485 a.C.
·         Experto en retórica, recorría el mundo griego cobrando elevadas tarifas por sus conocimientos acerca del correcto uso de las palabras.
·         Fue conocido de Sócrates y amigo de Pericles.
·         Redactó una constitución para la colonia de Turios, donde se establecía por primera vez en la historia, la educación pública y obligatoria.
·         Falleció aproximadamente en el 411 a.C. mientras realizaba un viaje en barco hacia Sicilia.

SU PENSAMIENTO:
“El hombre es la medida de todas las cosas, de las que son en cuanto que son, de las que no son en cuanto que no son.”

INTERPRETACIONES:
Se discute si la expresión “el hombre” se refiere al hombre en sentido individual o en sentido colectivo. A saber:
1) La interpretación en sentido individual señala que el hombre al que hace mención la frase de Protágoras es cada hombre concreto, cada individuo, de tal forma que habría tantas medidas distintas para las cosas como hombres individuales hay.
2) La interpretación en sentido colectivo tiene dos enfoques distintos: a) el primer enfoque se puede denominar sociológico, plantea que la frase alude a cierta forma de relativismo cultural, donde cada sociedad, cada polis, actuaría como medida de las cosas.

 DOGMATISMO
ETIMOLOGÍA:
Dogmatismo proviene del griego “dogma” que significa doctrina.

DEFINICIÓN:
Afirma la capacidad del hombre para conocer, aunque admite la posibilidad de equivocarse. Suele considerar que no todos los hombre son capaces de alcanzar la verdad ni de investigarla adecuadamente, por lo que hay que enseñarles e incluso imponerles la verdad.
Dogmático es el hombre de la calle que jamás se preguntó si sus sentidos le proporcionan datos ciertos, dogmáticos son también los primeros pensadores en los orígenes de la filosofía.

ALGUNOS REPRESENTANTES:
Platón: el conocimiento consiste en captar una realidad objetiva que existe en sí misma, pero que no le pertenece al mundo material. La mayoría de los hombres viven presos de las opiniones y son incapaces de conocer. Bastará enseñarles mediante mitos y cuentos a fin de que, aunque no sepan, obren de acuerdo con lo que es.
Aristóteles: afirma que el conocimiento verdadero debe ser universal y necesario. Este se consigue por medio de la razón, propia de todos los seres humanos.
Existen dos tipos de conocimiento: el sensible y el racional.
Santo Tomás de Aquino: el conocimiento siempre tendrá como único referendo una verdad superior que delimita el campo de la razón. Esta es la facultad más elevada del hombre, con la cual se pueden conocer las esencias de las cosas y alcanzar los conceptos universales que han servido de modelo a Dios en la creación.
René Descartes: en los siglos XVII y XVIII, los racionalistas representan la firme creencia en la capacidad de la razón humana para alcanzar  la verdad. Sometida a un riguroso método, la razón humana nos permite afirmar la validez de sus conocimientos sobre el mundo regido a su vez por estrictas leyes racionales.