ESCEPTICISMO
ETIMOLOGÍA:
La
palabra “escepticismo” deriva del verbo griego skeptomai, que significa “mirar cuidadosamente” (una cosa o en
torno de uno mismo), “vigilar”, “examinar atentamente”. De ahí que escéptico
signifique originariamente “el que mira o examina cuidadosamente”.
DEFINICIÓN:
“El
escepticismo es la facultad de oponer, de todas las maneras posibles los
fenómenos posibles; y de ahí llegamos, por el equilibrio de las cosas y de las
razones opuestas, primero a la suspensión del juicio y después a las
indiferencias.”
El
escepticismo toma una actitud contraria al dogmatismo. Esta corriente tiene una
posición que el sujeto no puede aprehender al objeto.
“El
sujeto cognoscente depende de una serie de factores que le impiden llegar al
objeto”.
Para
comprender el escepticismo es necesario saber que:
“El
escepticismo como doctrina filosófica tiene dos aspectos: uno teórico y otro
práctico.
Desde
el punto de vista teórico, el escepticismo es una doctrina del conocimiento
según la cual no hay ningún saber firme, ni puede encontrarse nunca ninguna
opinión absolutamente segura. Desde el punto de vista práctico, el escepticismo
es una actitud que encuentra en la negativa a adherirse a ninguna opinión
determinada en la suspensión del juicio, la salvación del alma, la paz
interior.”
El
escepticismo no pone en duda el fenómeno, sino lo que se dice de él, y esto es
diferente del fenómeno mismo.
CARACTERÍSTICAS DE LA DOCTRINA
ESCÉPTICA:
1)
Lo
único interesante en la vida es conseguir la tranquilidad de espíritu (ataraxia).
2)
Una
fuente de intranquilidad es querer llegar a conocimientos absolutos.
3)
Hay
que abstenerse de todo juicio. Nada hay falso, nada verdadero.
4)
No
podemos conocer cómo son las “cosas en sí”, ya que la sensación solo tiene que
ver con la “apariencia”. Por consiguiente, no puedo decir: “esto es”, sino
“esto me parece”.
5)
No
podemos tampoco fiarnos de la razón, ya que sus conocimientos se basan en las
sensaciones. Además, muchos de los conceptos que consideramos racionales
proceden de términos establecidos por los hombres, y en los que se manifiesta
el poder o los hábitos mentales que, sin saber, nos condicionan.
6)
Todo
lo exterior a nosotros es indiferente.
7)
Como
necesitamos vivir en un mundo de apariencias, tendremos, a veces, que
inclinarnos por lo más “probable”.
8)
La
disociación entre lo que los hombres piensan y lo que hacen es fuente de
inseguridad moral para los escépticos.
TESIS
DE GORGIAS
1- Nada es (existe).
El ser
es, pero la nada no es.
El no
ser no es. Si fuera algo, caeríamos en la contradicción de decir que lo que no
es, es y no es al mismo tiempo.
El ser,
si existe, o es engendrado o es sin principio. Si es ingénito, seria
incondicionado, por lo que no tendría determinación y, por lo tanto, no seria.
Además, si es ingénito, seria ilimitado, infinito e inmóvil. Pero todo lo que
es ha de ser en alguna parte, por lo que tendría que haber algo mayor que lo
abarcara, mayor que lo ilimitado mismo. Por lo tanto, lo ilimitado no es.
Si es
generado, entonces habrá surgido de lo que es o de lo que no es. De lo que es
no puede haber nacido, pues ya sería. Y de lo que no es tampoco puede haber
surgido, pues la nada no es origen de nada. Por lo tanto, el ser no existe.
2- Si algo existiera, sería incognoscible.
Si el
ser fuera, no podría ser conocido o pensado.
Si el
ser es conocible, o es idéntico o es distinto al pensar. Si es idéntico al
pensar, el ser sería incognoscible, porque todo lo pensable tendría que ser, y
existirían cosas totalmente absurdas, por ejemplo un caballo con alas. Si el
ser es distinto al pensar, también seria incognoscible, porque implicaría que
el pensar es un no ser, siendo imposible conocer el ser a partir del no ser.
Por tanto, si el ser existiera sería impensable.
3- Si fuera conocible, sería incomunicable.
La
palabra como instrumento de comunicación es idéntica o distinta al pensar.
Si
fuera posible conocer no lo podríamos comunicar a través de la palabra porque
esta no nos proporciona más que sonidos. Mediante el lenguaje no transmitimos
colores, sabores, tamaños, etc., sino solamente sonidos (es decir, no
transmitimos las cosas en sí, sino las palabras que la representan). Y al igual
que la vista no ve los sonidos, el oído no oye los colores. Con ello, pone de
manifiesto el divorcio existente entre signo y significado (entre el término
que designa y el objeto designado) y destaca la imposibilidad de transmitir la
realidad mediante los sentidos.
RELATIVISMO
ETIMOLOGÍA:
El
término relativismo proviene del latín “relativus”,
relativo, de “referre”, llevar
algo a su punto de partida.
DEFINICIÓN:
Es la
afirmación de que todo conocimiento o todo valor moral dependen esencialmente
del punto de vista del sujeto que los tiene. Hay relativismo cuando la
dependencia del punto de vista subjetivo es total. Sus dos especies clásicas
son el relativismo epistemológico y el relativismo ético. El primero defiende
que no hay verdades universalmente válidas e independientes de la apreciación
de los sujetos; el segundo niega que existan normas morales universalmente
válidas. La consecuencia es que tanto el mundo del conocimiento como el de la
moral dependen de diversos condicionamientos, que pueden ser el individuo, la
sociedad o la cultura, ya sea en el aspecto psicológico, sociológico o
histórico.
El
relativismo sostiene que las verdades tienen un valor relativo al (en
dependencia con él) sujeto y a los factores externos que lo rodean.
ALGUNOS REPRESENTANTES:
En la
antigüedad, los sofistas con Protágoras y su expresión de “homo mensura”.
Oswald Spengler sostuvo que sólo hay verdades
con relación a una situación concreta de la humanidad.
Sapir sostiene: el “mundo real” se
construye en gran medida de forma inconsciente sobre las costumbres
lingüísticas del grupo. Los mundos en que viven las diferentes sociedades son
muy distintos, y no meramente un mismo mundo al que se le han puesto etiquetas distintas.
Vemos, oímos o experimentamos en gran medida como lo hacemos porque los hábitos
de nuestra comunidad nos predisponen a determinadas decisiones de
interpretación.
PROTÁGORAS
DE ABDERA
DATOS BIOGRÁFICOS:
·
Sofista
griego, nacido en Abdera aproximadamente en el 485 a.C.
·
Experto
en retórica, recorría el mundo griego cobrando elevadas tarifas por sus
conocimientos acerca del correcto uso de las palabras.
·
Fue
conocido de Sócrates y amigo de Pericles.
·
Redactó
una constitución para la colonia de Turios, donde se establecía por primera vez
en la historia, la educación pública y obligatoria.
·
Falleció
aproximadamente en el 411 a.C. mientras realizaba un viaje en barco hacia Sicilia.
SU PENSAMIENTO:
“El hombre es la
medida de todas las cosas, de las que son en cuanto que son, de las que no son
en cuanto que no son.”
INTERPRETACIONES:
Se
discute si la expresión “el hombre” se
refiere al hombre en sentido individual o en sentido colectivo. A saber:
1) La
interpretación en sentido individual
señala que el hombre al que hace mención la frase de Protágoras es cada hombre
concreto, cada individuo, de tal forma que habría tantas medidas distintas para
las cosas como hombres individuales hay.
2) La interpretación
en sentido colectivo tiene
dos enfoques distintos: a) el primer enfoque se puede denominar sociológico, plantea que la frase alude
a cierta forma de relativismo cultural, donde cada sociedad, cada polis, actuaría como medida de las
cosas.
ETIMOLOGÍA:
Dogmatismo
proviene del griego “dogma” que
significa doctrina.
DEFINICIÓN:
Afirma
la capacidad del hombre para conocer, aunque admite la posibilidad de
equivocarse. Suele considerar que no todos los hombre son capaces de alcanzar
la verdad ni de investigarla adecuadamente, por lo que hay que enseñarles e
incluso imponerles la verdad.
Dogmático
es el hombre de la calle que jamás se preguntó si sus sentidos le proporcionan
datos ciertos, dogmáticos son también los primeros pensadores en los orígenes
de la filosofía.
ALGUNOS REPRESENTANTES:
Platón: el conocimiento consiste en
captar una realidad objetiva que
existe en sí misma, pero que no le pertenece al mundo material. La mayoría de
los hombres viven presos de las opiniones y son incapaces de conocer. Bastará
enseñarles mediante mitos y cuentos a fin de que, aunque no sepan, obren de
acuerdo con lo que es.
Aristóteles: afirma que el conocimiento
verdadero debe ser universal y necesario.
Este se consigue por medio de la razón, propia de todos los seres humanos.
Existen
dos tipos de conocimiento: el sensible y el racional.
Santo Tomás de
Aquino: el
conocimiento siempre tendrá como único referendo una verdad superior que delimita el campo de la razón. Esta es la
facultad más elevada del hombre, con la cual se pueden conocer las esencias de
las cosas y alcanzar los conceptos universales que han servido de modelo
a Dios en la creación.
René Descartes: en los siglos XVII y XVIII, los
racionalistas representan la firme creencia en la capacidad de la razón humana
para alcanzar la verdad. Sometida a un
riguroso método, la razón humana nos permite afirmar la validez de sus
conocimientos sobre el mundo regido a su vez por estrictas leyes racionales.
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